La preparación
técnico-táctica en el proceso de la preparación del jugador de béisbol
La práctica
deportiva exige que la preparación técnica y la táctica se presenten como una
unidad de preparación.
En la actividad deportiva observamos
que, mientras la preparación técnica proporciona los medios para efectuar los
entrenamientos y competencias, la preparación táctica asegura el buen empleo de
los mismos.
La técnica y la táctica de preparación,
tiene como objetivos generales los siguientes:
·
Desarrollar y perfeccionar los hábitos motores necesarios al deporte
elegido.
·
Asimilar nuevas y más complejas acciones motrices.
·
Especializar a los deportistas en los ejercicios competitivos del
deporte elegido.
La preparación
técnica deportiva es la forma más efectiva de solucionar una tarea motriz en
correspondencia con las leyes mecánicas y biológicas, y también con las reglas.
Podemos señalar que el aspecto más
específico del entrenamiento deportivo lo constituye la preparación técnica.
Si dividimos el
proceso de la preparación técnica en dos etapas:
aprendizaje y perfeccionamiento,
podemos solucionar más, de modo racional, el cumplimiento de estas dos tareas.
En la etapa de aprendizaje,
solucionaremos los problemas del dominio de la técnica correcta, la forma
correcta de ejecutar los movimientos, la adecuada distribución de las fuerzas,
etc.
En la etapa del perfeccionamiento le
daremos solución al desarrollo de la variabilidad de los hábitos deportivos, es
decir, crear la posibilidad de ejecutar la técnica en las diferentes
situaciones del juego.
La preparación
táctica proporciona las formas más efectivas de ejecutar la técnica.
Sus dos tareas fundamentales son el
desarrollo de las soluciones tácticas y el desarrollo de la capacidad de
seleccionar la solución óptima o de su adecuación.
En el béisbol,
mediante la aplicación de la táctica se evalúa la capacidad de los jugadores
para prever el curso de los acontecimientos, e incluso la capacidad de
anticiparse al probable cambio de la situación de juego que trata de imponer el
adversario.
En este proceso, el pensamiento táctico
del jugador se proyecta hacia el establecimiento de un vínculo entre la acción
implícita en la actividad y el modo de resolverla.
El acto táctico implica una serie de
procesos cognoscitivos que dependen de las estructuras superiores del cerebro y
determinan el perfil inteligente del jugador.
Al respecto Franger
Reynaldo en su libro “Del béisbol casi todo” hace referencia a las cualidades
de los jugadores de cuadro, las cuales se toman a consideración cuando expone
que:
“Hay algunos lineamientos que todo
jugador debe dominar antes de comenzar a concentrarse en las responsabilidades
de una posición determinada. Una deficiencia en cualquiera de estas habilidades
fundamentales debe ser superada, si es que se desea obtener un completo
desarrollo del potencial defensivo en un jugador joven, aspirante a desempeñar
cualquiera de las posiciones” (25, 50).
Los cuales deben cumplir con algunos
requisitos que relacionamos a continuación:
El receptor
El somatotipo ideal
para desempeñar y dominar cabalmente esta difícil posición contempla un gran
número de exigencias, entre ellas veloces reflejos, potencia en el brazo y
precisión en el tiro, habilidad para conducir y dirigir la defensiva, coraje,
como cualidad volitiva fundamental, buena preparación física, pues junto al
lanzador conforman el binomio que más trabaja en el terreno de juego.
Su excelente ubicación, de frente al resto de
los jugadores, le permite ayudar en la dirección de la defensiva y la táctica a
emplear en cada momento del juego.
La primera base
Debe tener buenas
manos y recibir una gran variedad y cantidad de tiros que realizan los demás
defensores de las posiciones del cuadro y los jardineros, debe poseer agilidad
para poder ejecutar el complejo cambio de los pies y los movimientos del cuerpo
que se requieren para desenvolverse con éxito en esta posición, una buena
estatura, ya que podrá recibir un mayor número de tiros sin abandonar la
almohadilla, flexibilidad y elasticidad, así como una elevada preparación
táctica.
La segunda base
Contrario a los que
algunos creen, una segunda base debe tener un buen brazo. Aunque muchos de sus
tiros serán cortos, las responsabilidades de esta posición en las situaciones
de relevos y en la realización de los doble play requieren un buen brazo, debe
tener un buen desplazamiento, ya que el inicialista en muchas situaciones tiene
que permanecer al lado de la almohadilla o muy cerca de ella, dejándole al
segunda base un área enorme para cubrir.
Debe poseer también manos rápidas para
poder deshacerse de la bola lo más pronto posible, principalmente en las
jugadas de doble play.
La mayoría de las
buenas segundas bases son jugadores completos, y por esta razón es necesario
dedicarles el tiempo requerido para dominar los elementos técnicos defensivos
de esta posición para realizar la gran variedad de jugadas en las cuales
interviene.
Debe dominar todas las situaciones tácticas que se generan en el
cuadro y los jardines, incluyendo al receptor y al lanzador.
La tercera base
Debe tener manos
rápidas, debe ser capaz de reaccionar lo suficientemente rápido para llegar a
los batazos que pasan al alcance de sus manos, tiene que tener coraje. En las
conexiones con fortaleza de rolling, conectados directamente hacia él, debe
estar dispuesto a bloquear la bola con el cuerpo, aun cuando no pueda fildearla
con toda limpieza, debe poseer un brazo poderoso, que le permita tirar con
precisión desde un extremo a otro del cuadro. Debido a su proximidad al
bateador, frecuentemente el antesalista puede fildear la bola antes que el
bateador-corredor haya recorrido mucha distancia hacia primera base. Debe
poseer un adecuado reflejo y desplazamiento a ambos lados (izquierda y derecha)
El hecho de disponer
de tanto tiempo para realizar la jugada, puede aumentar la tensión en el
momento de tirar y hacer perder la coordinación de movimientos que se requieren
para obtener presión en el tiro. La práctica constante hace que la tercera base
aprenda a tener calma en los momentos más tensos del juego.
En el juego diario
se le presentan muchas situaciones tácticas que de ser resueltas con éxito
redundarían en la culminación de la jugada.
El torpedero
Tiene que ser muy
rápido, capaz de cubrir más terreno que cualquier otro jugador de cuadro. Debe
tener brazos poderosos que le permitan tirar desde lo profundo de su posición.
También es el hombre clave en los tiros de relevo en la mayoría de las
conexiones de extra-base, para lo cual se requiere un buen brazo.
Sus
responsabilidades en el fildeo de los batazos de rolling y en muchas
situaciones de doble play, demanda una gran seguridad en el manejo de la bola,
así como la habilidad para deshacerse rápidamente de ella. Muchas situaciones
tácticas requieren de la habilidad que posea el torpedero.
Los Jardineros
Deben ser jugadores
rápidos; especialmente el jardinero central, también lo es para las posiciones
que desempeñan los jardineros izquierdos y derechos. Los jugadores que
defienden esta posición deben poseer brazos poderosos, tienen que mantenerse
concentrados en el juego, debido a que adquieren el hábito de despreocuparse
mentalmente de sus responsabilidades en cada unas de las jugadas en las cuales
no interviene directamente.
Como parte de la
investigación tuvimos en cuenta los elementos abordados en la primera reunión
metodológica realizada en el municipio presidida por el metodólogo que atiende
la categoría 11-12 años en la provincia, el cual nos informó, que a nivel
nacional para el curso 2009-2010, algunas limitaciones que tenia la categoría,
quedaban sin efecto destacando la posibilidad de adelantar en las bases, los
lanzadores podrán lanzar de lado con corredores en bases y por pudiendo
realizar virajes a las distintas almohadillas, entre otras.
Todas las cuales
requieren de mejorar las acciones defensivas en el orden técnico y táctico en
aras de alcanzar un mejor resultado deportivo en sus competencias.
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