domingo, 26 de agosto de 2012

Consideraciones en torno a la figura del lanzador


Consideraciones en torno a la figura del lanzador.
"…Los vi sobre el terreno, los palcos vitoreando ¡Cuba, Cuba, Cuba!, como un estadio nuestro, entonces la isla y el béisbol: la misma arcilla, y el poeta pidiéndoles "hagan juego, señores, hagan juego".
Omar Valiño

El béisbol exige de los jugadores el desarrollo de:
1.       la precisión,
2.      rapidez,
3.      concentración, 
4.      memoria y pensamiento; teniendo en cuenta su carácter imprevisible y estratégico.
Es por ello que en los juegos de béisbol se aprecian ansiedades, tensiones, que pueden afectar el rendimiento y desarrollo personal de los jugadores, en dependencia de cómo sean manejados dichos estados psíquicos.
Desde el principio hasta el final del partido, el juego gira alrededor de la acción del lanzador.
Es éste quien tiene la primera oportunidad de retirar al bateador y de él dependen las acciones ofensivas y defensivas del juego, por lo que podemos apreciar la posición sumamente compleja que ocupa.
Características como una buena constitución física, fortaleza muscular y reserva de energías, son esenciales para el lanzador.
Una estatura alrededor de 183 cm., un peso aproximado de 86 Kg., brazos y manos grandes para un mejor agarre de la pelota, constituyen condiciones adicionales que lo favorecen.
El juego de béisbol le demanda además del esfuerzo físico una gran actividad mental, lo que precisa el desarrollo de los procesos cognitivos de percepción, atención, memoria, pensamiento, teniendo en cuenta que tiene que conciliar factores básicos como:
1.       el control,
2.      el agarre de la pelota,
3.      rapidez y 
4.      dirección en la rotación,
5.      punto de referencia y movilidad, entre otros.
A partir del acercamiento a dichos requerimientos emergen cuestiones importantes tales como, el nivel de preparación alcanzado por el lanzador para la competencia, o estado de forma deportiva, donde se integran:
1.       preparación física,
2.      técnica,
3.      táctica y
4.      psicológica y
5.      con ello el dominio profundo de la técnica de los movimientos,
6.      una buena mecánica en la ejecución, dominio, control, desarrollo de los distintos lanzamientos (básicos y especiales),
7.      así como su autocontrol emocional, autoconfianza, los que determinarán la calidad de su trabajo frente al bateador, partiendo del análisis de los resultados que obtiene con cada uno de sus lanzamientos.
17 Guía Oficial de Béisbol 47 Serie Nacional de Béisbol. Editorial Deportes, La Habana, 2007.
·         Además de la velocidad y variedad de los lanzamientos como factores primordiales para la selección de los lanzadores; el control que logren alcanzar es fundamental, por cuanto les permite enfocarse en el objetivo a cumplir y realizar el lanzamiento con un propósito determinado, dirigiendo toda su capacidad mental hacia éste.
·         Dicha habilidad debe ser desarrollada, permitiéndoles maniobrar sus acciones adecuadamente en función del dominio de los bateadores.
Teniendo en cuenta su proximidad al bateador tiene muy poco tiempo para reaccionar y debe anticiparse a la jugada pensando todo el tiempo que van a batear por su posición, completando sus movimientos de modo tal que le permitan caer en una posición balanceada para salir en cualquier dirección a fildear una bola, realizar la asistencia, o cubrir una base, además de la atención que debe prestar a los corredores para evitar su desplazamiento por las bases.
·         Los juegos de béisbol se desarrollan bajo una elevada carga psíquica, dado por las situaciones imprevistas, las reacciones emocionales de ambos equipos, el comportamiento del público en los estadios, las decisiones arbitrales en ocasiones polémicas, proliferando aún más en la figura del lanzador, por cuanto en él se deposita (por parte de la dirección del equipo, de sus compañeros, de los aficionados) la mayor responsabilidad de los triunfos o las derrotas, lo cual sin lugar a dudas puede crear en éste estrés, ansiedad, depresión, frustraciones, autovaloración inadecuada; situaciones de índole psicológica que deben ser manejadas adecuadamente para no afectar su rendimiento y salud mental.
La forma de evaluar el rendimiento del lanzador en juegos ganados y perdidos, trae consigo que se le adjudique el protagonismo en el partido.
Aunque al ser un deporte de equipo intervienen disímiles factores en los resultados que se obtienen, en él recaen mayormente las reacciones del público cuando no realiza la labor que se esperaba.
De igual forma, cuando la mayor cantidad de espectadores simpatizan con el equipo contrario, una muestra de ser leal a éste es tratando de desconcentrar al lanzador.
Cada lanzamiento realizado por éste es evaluado por los árbitros, y esto genera desacuerdos y contradicciones en ocasiones, lo cual también puede repercutir directamente en la actuación del lanzador, en dependencia de cómo éste sea capaz de manejar dichas situaciones.
La relación que se establece entre lanzador y receptor (jugador que tiene la función de recibir los lanzamientos del lanzador), es determinante para imprimirle calidad al trabajo del lanzador.
A través de esta comunicación se definen los lanzamientos.
Es tarea de ambos orientarse y guiarse, por lo que se requiere de una buena comprensión y comunicación entre ellos.
Cuando no se logra y tienen lugar contradicciones y discrepancias entre estos jugadores, la actuación del lanzador puede verse afectada.
·         La idea de cometer un error, ser "bateado", o perder un juego para su equipo ante gran cantidad de personas que asisten a los estadios o ven los juegos por televisión, las vivencias de fracasos; imponen gran intensidad, esfuerzo físico y psíquico al trabajo del lanzador de béisbol.
·         En el caso de los lanzadores abridores (aquellos que comienzan el juego) asumen la función de pasar la mayor cantidad de entradas posibles dominando a los bateadores, y tratar de no permitir carreras al equipo contrario.
Muchas veces el lanzador abridor no puede cumplir cabalmente dicha función; es entonces cuando se le asigna la decisiva tarea de terminar el encuentro preservando la victoria para su equipo al lanzador relevista quien entra a la competencia en condiciones de "salvar el juego", por lo general en momentos en que existe la posibilidad de la ventaja para el otro equipo, pues hay corredores en las bases, o cuando ya la ventaja es un hecho.
Es decir que su desempeño influirá en el resultado de la competencia en momentos de mayor complejidad.
En este sentido queremos patentizar que desde el punto de vista psicológico el lanzador tiene más posibilidades de perturbarse y por consiguiente afectar su rendimiento o viceversa, lo cual lo sitúa en la posición más comprometida en el juego de béisbol.
Ello nos conlleva a valorar la importancia del desarrollo de la inteligencia emocional en estos jugadores, de modo que estimule su rendimiento y desarrollo personal.

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