martes, 7 de agosto de 2012

Análisis estructural y diseño de juegos modificados en función de la intencionalidad


Análisis estructural y diseño de juegos modificados en función de la intencionalidad

    A nuestro entender, el diseño de juegos modificados debe conjugar, al menos, cuatro premisas:
1.    La correcta adaptación estructural del deporte adulto a las características psicomotrices y motivacionales de los alumnos para crear más oportunidades de implicación en el juego.

2.    El establecimiento apropiado de los objetivos didácticos prioritarios a tres niveles: cognitivo, motriz (táctico-técnico) y afectivo.

3.    La adecuación a las posibilidades espacio-temporales y materiales disponibles para obtener el máximo rendimiento.

4.    Y el oportuno apoyo en estrategias cognitivas para encauzar y estimular la búsqueda, teniendo en cuenta que la simple propuesta del juego puede que no suscite interrogantes tácticos o técnicos entre el alumnado.

No obstante, si bien hemos encontrado que la técnica de indagación asociada a los juegos modificados parece incidir positivamente sobre aspectos afectivo-motivacionales del alumnado y en indicadores de compromiso motor durante las sesiones de Educación Física (intensidad de trabajo y tiempo de práctica en la tarea), una combinación adecuada de propuestas mediante búsqueda y de puntuales intervenciones a través de instrucción directa podría influir favorablemente en la toma de decisiones durante el juego y en la adquisición del conocimiento declarativo (Méndez Giménez, 1999a).

    Entendemos, pues, que los recursos lúdicos que el profesor de Educación Física utiliza en sus sesiones deben ir cargados de plena intencionalidad y no ser fruto de la casualidad o el azar, lo que mermaría la potencialidad de los juegos y su oportuna explotación didáctica.

    Seguidamente, nos centraremos en el diseño de juegos modificados entendidos como secuencias lúdicas para grupos reducidos, que mantienen la esencia de los deportes de su categoría, con escaso requerimiento técnico y de predominio táctico, y que pretenden facilitar la comprensión de la lógica interna del juego (Devís y Peiró, 1992).

Trataremos de determinar las variables que componen las estructuras de los juegos deportivos de bate y carrera (móvil, implementos, espacio, tiempo, jugadores y reglas esenciales) manipulándolas para poder incidir en los tres tipos de objetivos que toda propuesta situacional debe comprender:

1.    objetivos motrices (tácticos y técnicos),
2.    objetivos cognitivos (conocimiento de reglas, etc.) y
3.    objetivos psicoafectivos (asunción de valores sociales, igualdad entre géneros, participación de los menos habilidosos, etc.)




2.1. El móvil
    Generalmente en los deportes de bate y carrera, el móvil es una pelota.
No obstante, la creación de juegos modificados admite la incorporación de otros elementos como balones (caso del béisbol), discos voladores...

1.    Tamaño. Lógicamente, el tamaño del móvil debe corresponderse con las medidas antropométricas de los jugadores para garantizar la adquisición de las habilidades durante la iniciación deportiva.
Su grosor permitirá a los niños abarcar la pelota con la mano, si bien no conviene disminuir excesivamente su tamaño hasta el punto que se dificulte su recepción.

2.    Peso. En general, el objetivo de reducir el peso y de hacer móviles más manejables es una constante en todos los deportes adaptados. Devís y Peiró (1995, p. 347) proponen variar el material de las pelotas y balones a medida que los alumnos vayan comprendiendo los principios tácticos del juego.

3.    Esta modificación podría seguir la siguiente secuencia:
·         globos,
·         balones de esponja,
·         de goma y,
·         por último, de plástico o cuero.
En definitiva, a menor capacidad de los jugadores se pueden utilizar materiales más ligeros, en conexión con el tipo de implemento que se utilice, y a medida que se vayan incrementando las cualidades motrices, físicas y cognitivas, se recurrirá a materiales más pesados.
    Por otro lado, el tipo de móvil empleado debería estar relacionado con la dimensión del espacio de juego disponible.
Por ejemplo, en algunas modalidades, como el brannboll, se utilizan bolas de plástico ahuecadas (como las de floorball).
Estas bolas no avanzan excesivamente en el vuelo, por lo que pueden ser recomendables para espacios reducidos.
 Las pelotas de tenis, que botan más y consiguen mayor vuelo, son requeridas para grandes espacios.
Variable
Estructural
Propiedad
Tipo de variación
Objetivo
MÓVIL
Tamaño
Similar o
ligeramente mayores
Adaptación antropométrica.
Facilitar el golpeo.
Peso
Menor
Favorecer el aprendizaje.
Evitar lesiones o dolor.
Forma
Esférica
Trayectoria uniforme
Número
Varios
Funciones defensivas.
Desarrollo cualidades físicas.
Color/
Sonoridad
Vistosos
Mayor motivación
Dureza
Baja
Evitar lesiones

3. En cuanto a la forma, no debemos olvidar que los balones y pelotas esféricos proporcionan una trayectoria más homogénea, mientras que los ovalados o cúbicos acentúan la imprevisibilidad y, en consecuencia, la dificultad del juego.

4. Número. Una posibilidad que nos ofrece el diseño de juegos es la utilización de dos o más móviles.
De esta manera se pueden provocar situaciones en las que diversos jugadores lanzan simultáneamente varias pelotas, -cada uno su móvil-, y tratan de realizar el máximo número de carreras antes de que el equipo receptor introduzca todos los móviles en un plinto o ejecute cualquier otra función (Devís y Peiró, 1992, p. 167).

5. Los balones de colores llamativos y sonoros son requeridos para trabajar con sujetos limitados a nivel visual y son considerados, en general, como elementos motivadores.

6. Finalmente, el criterio de escasa dureza debería tenerse más presente.
Puesto que el béisbol adulto se practica con una pelota de cuero de 200 gr. muy dura y requiere de un guante para su manipulación, iniciaremos su práctica con pelotas blandas, como las de tenis, con diámetros y peso similares.

2.2. Implemento (palo, bate, raqueta, palas...)
    El bate puede ser de material diverso según el nivel del alumnado: plástico, goma espuma forrada, caucho, madera o aluminio.

1.    Tamaño. La primera adaptación del material debe centrarse en el tamaño.
 Se aconseja el uso de bates más pequeños que el de los adultos para facilitar el agarre y el manejo.
 Igualmente, se podrían utilizar implementos con mayor superficie de contacto, por ejemplo, raquetas (Méndez y Méndez, 1996, p. 407), o bates de madera con caras planas grandes en lugar de cilíndricos (cricket), lo que sin duda favorecerá el golpeo.

2.    Peso. Otro aspecto fundamental es la reducción de peso.
Este aspecto es primordial en la disminución de posibles lesiones y en la corrección de errores técnicos.

3. En cuanto la forma. Los bates clásicos de béisbol son cilíndricos con diferentes grosor a lo largo de su extensión, mientras que los bates de cricket mantienen su forma cilíndrica en el extremo para el agarre y presentan una parte plana para el bateo.

4. Número. En la línea de la variación propuesta en el anterior apartado, se puede incrementar la participación e intensidad del juego utilizando varios implementos a la vez.
Por ejemplo, en un gimnasio, varios bateadores golpean a la vez cada uno su bola y corren hacia el extremo opuesto de la clase antes de ser cazados por un equipo de jugadores de campo que tratarán de dispararles cuando recojan las bolas.
Variable
Estructural
Propiedad
Tipo de variación
Objetivo
Implemento
Tamaño
Menor
Manejabilidad.
Adaptación antropométrica.
Peso
Menor
Evitar lesiones
Forma
Extremo grande
Ampliar la superficie de contacto
Número
Varios
Incrementar la participación
Color/
Sonoridad

Efecto motivador
Dureza
Blando
Evitar lesiones
5. En este apartado nuevamente encontramos que el color y la sonoridad son potenciales elementos motivadores para la práctica.

6. Dureza. En las primeras etapas, especialmente con niños pequeños, el bate debe ser de un material blando (goma espuma) para evitar los golpes dolorosos, teniendo en cuenta que no se suele disponer de elementos de protección como el casco, guantes, coquilla...

2.3. Terreno de juego
    Los juegos de bate y carrera pueden practicarse en cualquier tipo de terreno y espacio (asfalto, hierba o tierra) lo que facilita su incorporación independientemente de la calidad y del tipo de las instalaciones deportivas.
La única condición requerida es que el terreno sea homogéneo y nivelado y esté libre de obstáculos.

1.    Dimensión: Indudablemente, aumentar el tamaño del terreno de juego favorece la creación de espacios y hace más difícil su cobertura, mientras que reducirlo facilita su ocupación y defensa y disminuye el requerimiento físico.
Numerosos autores (entre otros Thorpe, 1983; Lawton y Werner, 1989; Rodríguez y Moreno, 1996) aconsejan terrenos pequeños para los debutantes, puesto que un excesivo tamaño del campo junto con la falta de precisión y fuerza podrían limitar el juego.
2.    En cuanto a la forma del terreno de juego de los deportes adultos de bate y carrera, existen, básicamente dos figuras:
en abanico y ovalada.
No obstante, para iniciación deportiva en clases de Educación Física, donde no suelen existir campos específicos, podemos delimitar espacios con distribuciones lineales o rectangulares (más o menos anchas) que favorecen la creación de juegos modificados.
    1. De abanico (béisbol)
    2. Ovalado (cricket)
3.    Lineal o rectangular. Esta propuesta parece la más factible en la elaboración de juegos modificados en el gimnasio teniendo en cuenta la disposición del espacio más frecuente en los centros educativos.
Su uso permite compatibilizar el trabajo de varios grupos reducidos a la vez.


2.4. Jugadores (compañeros /adversarios)

1. Respecto al número de jugadores por equipo
    La idea de disminuir el número de jugadores ha sido una solución generalmente aceptada por las distintas versiones de los minideportes y por los juegos modificados para tratar de incrementar la participación.
En las primeras etapas el proceso de enseñanza aprendizaje debería fundamentarse en situaciones lúdicas de escaso numero de jugadores (2x2, 3x3...) para evolucionar posteriormente hacia otras de mayor complejidad y de superioridad numérica de un equipo con respecto a otro.
El intento de abordar la enseñanza de deportes como el béisbol con todos los jugadores de campo podría disminuir la motivación por la práctica (a tenor de los largos tiempos de inactividad que conlleva) y limitar la implicación en el juego. Oficialmente el béisbol se compone de 9 jugadores en cada equipo, mientras que el cricket es un juego de 11 contra 11.
La utilización de grupos reducidos en clase disminuirá, sin duda alguna, las esperas para la participación.

Respecto a las diferentes funciones o roles de los jugadores en los juegos modificados, destacamos los siguientes variaciones

    1. Exclusivamente ofensivas (cooperación) o defensivas (oposición). El hecho de intentar tareas de ataque y defensa por separado permite concentrarse durante unos instantes en uno de ambos aspectos, lo que facilita su aprendizaje. No obstante, consideramos que el abuso de este tipo de propuestas podría provocar cierta desmotivación, especialmente en los jugadores que ejercen funciones defensivas continuadas.

    2. Labores ofensivas y defensivas, alternativamente. Esta opción es la más ajustada al contexto real y, por tanto, la más significativa. Parece aconsejable junto con la introducción de rotaciones por los diversos roles de juego.

    3. Funciones neutras o de colaboración indistinta con los dos equipos. Según Moreno y Rodríguez (1997), el uso de roles reversibles, que consiste en asignar a determinados jugadores la posibilidad de colaborar equitativamente con ambos equipos, puede reducir la competitividad y las comparaciones entre los participantes.


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