domingo, 8 de julio de 2012

autocorrección del control en el pitcher


La autocorrección del control
    Esto requiere de una observación detallada y minuciosa sobre sí mismo y la comparación de los resultados de cada lanzamiento, hasta lograr lo deseado, en ello debe tener en cuenta:
  1. El pie sobre la tabla de lanzar, puede ser una forma de corrección, ejemplo: si los lanzamientos son afuera, para un bateador derecho y un pitcher derecho, se va corriendo y corrigiendo la posición del pie hacia la derecha o hacia la izquierda, hasta lograr que los envíos entren en la zona buena (lo mismo hace la artillería terrestre para corregir el tiro de combate)
  2. También se corrige con la caída, realizándose la misma más hacia la derecha o hacia la izquierda hasta lograr la corrección deseada.
  3. Con el largo del paso, también se corrige, en dependencia de que los lanzamientos se nos estén quedando bajos o altos, pudiendo acostarse o alargarse el paso según sea nuestro deseo.
  4. La altura a la que se suelta la pelota, es influyente en el resultado del lanzamiento, observándose si nos estamos quedando muy parados, fuera del balance, etc.
    Estas situaciones tienen que ser del conocimiento tanto del lanzador, como del entrenador y ser objetivo de práctica diaria como complemento de la teoría que también reciba.
    Es de vital importancia el perfeccionamiento de los movimientos, donde es trascendental la aplicación de la teoría en la práctica ejercitándolos constantemente, hasta en los ratos de ocio, teóricamente plantea:
  1. Desde el comienzo de los movimientos para lanzar, hasta realizar el lanzamiento y la caída, la vista no debe desviarse de la mascota del receptor, que será su guía.
  2. Además de la mascota del receptor, enmarcar la zona de strike, desde los hombros, hasta las rodillas del bateador, las esquinas deben enmarcarse en las rodillas del receptor.
  3. Se debe conocer y adaptar por ello los parámetros del paso, sabiendo que un paso muy largo provoca lanzamientos altos y un paso muy corto genera envíos bajos.
  4. En la altura se conoce que mientras más alto se suelte la bola así será el lanzamiento, la teoría dice: “la bola debe soltarse a unos 45 cm, por delante de la cabeza, a la altura de los ojos del lanzador”, lógicamente con excepción de un lanzador submarino o de pitcheo lateral.
  5. La elevación de la pierna, por lo general debe ser a la altura de la cintura del lanzador.
  6. El entrenador es el encargado de observar y corregir el seguimiento de la secuencia de movimientos para realizar y demostrar que si se rompe esta, el lanzamiento será malo, la teoría dice: “luego de soltar la pelota hacia el plato, todo el peso del cuerpo se lleva hacia la pierna delantera, lo cual permite que la mano continué su recorrido en forma de arco, el pie de contacto viene paralelo al pie del paso y se dobla la espalda cuando la mano de lanzar esté delante del cuerpo, debe darse la impresión de que el brazo hala al cuerpo”
  7. Por último el agarre debe estar en correspondencia con el lanzamiento que se pretende realizar.
    Estas situaciones han de ser un objeto de trabajo diario del lanzador y una preocupación de su entrenador, de que perfeccione y trabaje diario sobre sus deficiencias, desarrollando tanto la coordinación de movimientos, como la concentración mejoramiento de su postura, caída, desplazamientos, etc. y su preparación psicológica para el momento de actuar.
    Ahora un interrogante: ¿Estamos cuidando los brazos de los jóvenes talentos?
    En nuestra búsqueda incesante de talentos, encontramos buenos prospectos de lanzadores, con un somatotipo envidiable, un brazo fuerte y deseos de jugar a la pelota, rápidamente les brindamos toda nuestra ayuda y les enseñamos todo cuanto sabemos sobre la teoría de lanzar: posturas, técnicas de agarre y todos los lanzamientos que conocemos y acabamos con ellos a corto o mediano plazo, pues dentro de los lanzamientos que les mostramos están aquellos que cuando no se posee una técnica depurada y un desarrollo adecuado de sus condiciones físicas, pueden ser destructores de brazos, como muchos rompimientos en los que se requiere de un giro del brazo y la muñeca poco naturales, entre ellos la curva a la inversa o screwball, la bola de nudillos, la sinker y el tenedor, la reiteración, de este movimiento al lanzar, provoca lesiones del codo y solo deben enseñarse a lo0s lanzadores jóvenes, cuando ya poseen una buena preparación física y mental y hayan podido desarrollar una buena flexibilidad en sus muñecas, lo cual pudiera ser una causa de que en los lanzadores jóvenes hayan muchas lesiones, porque adquieren problemas en sus brazos en una o dos temporadas, de estos ejemplos hay decenas en todos los equipos.
    Por otro lado observamos en muchos casos a lanzadores que vienen a trabajar sin el calentamiento necesario y os vemos después calentando en el innings o sea que vinieron sin estar listos. ¿Por qué sucede esto? ¿No puede haber una mejor previsión de la necesidad de un pitcher relevo? ¿No hay comunicación entre el manager y coach de pitcheo o su auxiliar en el bull pen? Debe haber un medio de comunicación (puede ser técnico) entre el dogout y el bull pen, para que el manager conozca, cómo está el lanzador que quiere traer, si está apto físicamente, si se ha visto con control, su velocidad, etc.
    Tenemos otros interrogantes: ¿Resulta beneficioso para nuestros pitchers y catchers no pensar?, (esto ya se observa en equipos juveniles e infantiles) ¿Irá a desaparecer el pitcher inteligente?
    El lanzador tiene que pensar, observar, analizar y recordar, además de las enseñanzas y experiencias que percibe exteriormente, las que obtiene por su experiencia propia y las que aprecia en el decursar de los partidos en que actúa o no, donde graba los puntos vulnerables de los bateadores rivales, así cuando viene a lanzar, ya trae un concepto formado de cómo lanzarle a los bateadores que enfrentará, aspecto este en el que hay que enfatizar, pues he notado que en el transcurso de los juegos, muchos lanzadores que están en el área de calentamiento, se mantienen conservando con el público o jugueteando, sin atender al desarrollo del juego, lo que es responsabilidad del coach o asistente de pitcheo, exigir la debida disciplina en el lugar, pero también influye el hecho de que cuando el lanzador viene a relevar, tiene que tirar lo que el receptor le pide y este pide lo que se le indica por la dirección del equipo (director o entrenador de pitcheo), suponiéndose que estos son los que conocen las características del bateador en turno.
    ¿Y cuando se conecta un batazo a un lanzador de relevo o abridor, en la anotación oficial se lo pondrán al director o al entrenador que fueron los que ordenaron el lanzamiento?
    Dentro del estudio existen instrucciones, surgidas de profundas observaciones que deben aprender a aplicar los lanzadores y receptores para trabajar bien a los bateadores según sus cualidades, colocación en el cajón de bateo etc. Pero ningún libro dice que el pitcher está en el box y el cerebro en el dogout. (Además nadie mejor que el pitcher sabe la efectividad de sus lanzamientos en ese momento).
Conclusiones
  • El lanzador debe conocer en todo momento en que fase del lanzamiento se encuentra
  • Debe ser estudioso y cuidadoso de su mecánica teniendo en cuenta su ubicación en tiempo y espacio
  • En el área de los lanzadores del Béisbol no solo define la preparación físico técnica, es vital el aspecto mental

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