Fundamentos teóricos relacionados con el desarrollo
psicológico del niño de la edad escolar de 5 a 8 años
Es importante destacar que
es el modo en que el niño vivencia las nuevas condiciones que se crean con el
ingreso a la escuela, lo que determina sustancialmente su desarrollo, por
tanto, es necesario esclarecer que no es en sí mismo el medio escolar gestor
del desarrollo, aunque es indiscutible su importancia; si no que esto tiene
lugar a partir de la relación entre la actitud ya formada en el niño y la
vivencia de las condiciones en que transcurre el desarrollo.
Es la dialéctica entre
ambas, la contradicción principal que determina el desarrollo.
Esta idea es necesario
subrayarla puesto que en ella están presentes dos circunstancias que van a ser
base para la comprensión del desarrollo psíquico y de la personalidad en esta etapa;
·
en primer
lugar el carácter activo del sujeto, lo que el niño aporta a su desarrollo, en
función de las posibilidades ya logradas, de la actitud que en él surge por el
modo y vivencia de las condiciones del medio donde se desarrolla.
·
El otro
aspecto que tributa es el carácter interno de la crisis del desarrollo que determina el
paso de una etapa a otra. (Acland, y col, 1996)
El ingreso del niño a la
escuela constituye un viraje muy importante en su vida, ocurre precisamente
cuando tiene lugar la crisis de los siete años, la cual marca una diferencia sustancial entre
la etapa pre-escolar y la que ahora se inicia:
la escolar; sobre todo, si
ha sido preparado para acceder con éxito a su nueva forma de vida.
En razón de esta
circunstancia es importante que se estudie la preparación del niño para su
ingreso a la escuela, ya que de ella depende en gran medida no sólo el éxito, sino
también la satisfacción que pueda experimentar por su arribo a la escuela
expresado en su actitud hacia la nueva situación.
En los momentos finales de
la etapa preescolar, ya el niño deja de interesarse
por el juego como actividad central en la cual satisfacía,
hasta entonces, sus
necesidades, comienza a aspirar al estudio como actividad seria, socialmente
importante, lo cual representa un cambio significativo en su vida; pero,
sobre todo, si ha sido bien preparado durante su paso por la etapa preescolar;
aparecen en él las primeras manifestaciones de lo que será su posición interna
de escolar.( Águila y col , 2000)
En la nueva situación
social del desarrollo, el estudio surge ante el escolar, como una actividad
obligatoria y responsable, y esto cambia su lugar en el sistema de relaciones sociales: ahora,
es cierto que tiene deberes que cumplir, pero también adquiere derechos.
La escuela pasa a ser el
centro de su vida, por lo que al estar vinculada a ella su vida interna, el
éxito que logre o su fracaso tiene un profundo matiz afectivo.
Su falta de éxito en la
escuela, está estrechamente relacionada con la formación de la personalidad, no sólo son cuestiones
relativas al desarrollo intelectual, realmente el sentido que experimenta es el
de pérdida de la posición del centro de su vida.
Fariñas, León (2005) Es necesario, por tanto,
destacar la importancia de la preparación para el ingreso a la escuela, la que
ha de realizarse en la etapa precedente, particularmente en el grado
preescolar. (Anderson, 2001)
Vigotsky, en Psicología para Educadores (González Maura
Viviana.2001) en este sentido, precisa que no es tanto la cantidad de
conocimientos que el niño pueda lograr, como el logro de un nivel de desarrollo
de los procesos intelectuales, particularidades
cualitativas del pensamiento infantil que están
relacionadas con la posibilidad de distinguir el objeto del conocimiento, los niveles de
concientización y generalización de su percepción de la realidad que exige una
actitud cognoscitiva y sobre todo una actitud teórica.
El carácter obligatorio y
responsable que el estudio tiene, requiere además, que esté presente un buen
nivel de desarrollo de la voluntariedad de su conducta; el surgimiento aunque incipiente
aún de una jerarquía de motivos, en la cual se expresa un nivel superior del
desarrollo de su personalidad.
Por lo que por primera vez
el niño toma conciencia de la faceta interna de su
personalidad, sabe lo que quiere y por eso se torna difícil la dirección de su
conducta.
Ocurre un desdoblamiento,
él se ve en una doble dimensión, esta faceta interna, privada y la otra externa
fácilmente observable por quienes lo rodean. (Molnar, 1983)
El preescolar tiene vivencias de su actuación, se molesta
fácilmente, triste, alegre, pero no sabe que lo está, ya que estos estados de
ánimo que se presentan en variadas situaciones no son generalizados, son
independientes unos de otros, además los niños se distraen con facilidad en
aéreas deportivas, razón por lo cual las explicaciones no deben exceder los
tres minutos para evitar dicho fenómeno, además debe hacerse mayor uso de los
métodos demostrativos.
Pero ya al finalizar esta etapa, todo el desarrollo
intelectual y vivencial que ha experimentado, hace posible una percepción
generalizada de sus estados de ánimo, si ahora se pone bravo, triste, alegre,
sabe que lo está; por primera vez se hace posible la lógica de sus
sentimientos.
Entre la vivencia y la
percepción directa se coloca el acto intelectual y surge la vivencia atribuida
de sentido, la cual va a dar lugar a nuevas formaciones psicológicas.
Es importante destacar que
las conductas negativas, a partir de las cuales es más conocida esta crisis, en
condiciones favorables, tienden a desaparecer. No sucede lo mismo con las
nuevas formaciones, las cuales se acentúan, propiciando así el desarrollo
psíquico y de la personalidad del escolar. (Malina, 1989)
Esta crisis de los siete
años, va a dar lugar a un salto en el desarrollo.
Los adultos, encargados más
directamente del niño informan; con bastante frecuencia; que hasta hacía solo
unos meses atrás, el niño gustaba de hacer gracias que provocaban la hilaridad
de los adultos; pero ahora hace "payasadas", su conducta antes
graciosa ha perdido espontaneidad.
Es que ahora se observa a
sí mismo cuando actúa, ya no hay ingenuidad en su actuación.
Y esto precisamente es lo
que da acceso a una nueva posición interna, la de escolar, donde este puede ser
capaz de dirigir conscientemente su conducta, para lograr su aspiración a
realizar una actividad seria, socialmente importante: el
estudio.
La influencia que esta
nueva adquisición tiene en el desarrollo del escolar matiza toda su vida, por
lo que es conveniente un dominio por el estudiante de esta
crisis ya que ella constituye base importante del desarrollo psíquico y de la
personalidad del niño. (Cusminsky, 1986)
El niño cuando ingresa a la
escuela adquiere conciencia de la faceta interna de su personalidad, con
gradual apertura al dominio de la conducta; desarrollo de los procesos
intelectuales, con apertura a una actitud teórica hacia la realidad;
jerarquía de motivos que
garantiza el estudio como actividad principal y el desarrollo de la
voluntariedad que todos estos logros aseguran;
actitud responsable y
escrupulosa en la realización de las tareas escolares, con subordinación a las
exigencias del maestro, surgimiento de nuevos motivos morales.
Lo planteado anteriormente
presupone que el tránsito de una etapa de desarrollo a otra, no está
condicionado necesariamente por el cumplimiento de la edad, sino por el vencimiento de las actividades que han
contribuido a enriquecer su aprendizaje y que pondrán de manifiesto en la
próxima etapa, en este caso el juego de roles deja de ser lo más importante,
pero no significa que dejen de jugar ya que tienen un lugar importante en la
formación de la personalidad, pues el cumplimiento de reglas que se aprenden
precisamente con él, ayudará a enriquecer la mejor comprensión y así las
actividades de estudio.
Es importante que el
estudiante, relacione esta problemática con la necesidad de que el tipo de
enseñanza planificado en la escuela, responda a las necesidades de la formación
de la zona de desarrollo próximo, que no es más que lo que el niño aprende a
hacer por sí solo y lo que realiza con la ayuda del adulto, siendo esto uno de
los aportes más importantes en la teoría Vigostkiana.
No es, por tanto, con prohibiciones, regaños y castigos con
lo que esta situación puede ser superada, sino con una profunda revisión de la
actividad que los escolares tienen que realizar,
muchas veces recargada de
ejercicios reproductivos que en nada se relacionan con la necesidad de
desarrollar el pensamiento teórico, la personalidad del escolar.
Si el escolar no presenta
alguna forma de bloqueo o impedimento intelectual-afectivo que requiera,
además, un tratamiento especial, siempre es válido considerar que es el tipo de
enseñanza que se organiza, la que determina el tipo de aprendizaje, así como el
tipo de desarrollo que se logra.
El tipo de aprendizaje que el escolar realice ha de estar
dirigido, principalmente, a ampliar, enriquecer, formar desarrollo potencial
más que actuar de modo reproductivo-repetitivo, en lo que ya él ha aprendido.
(Borrell, 1980)
Desde este punto de vista
las interacciones crean desarrollo, pero no toda educación promueve desarrollo;
en primer lugar es
necesario que el niño (también por la educación) haya alcanzado un nivel que le
permita avanzar hacia nuevos niveles.
En segundo lugar, llevar al niño un paso más allá
de donde se encuentra, por eso lo importante no es la cantidad de
interacciones, sino su calidad y,
en tercer lugar, que el
niño esté motivado, se sienta cómodo y confiado, tanto en sus relaciones con
las personas con quienes interactúa como consigo mismo.
Ahora bien, en todo este
proceso de cambio y desarrollo que la educación promueve, es necesario
considerar que además de la interacción social y la interacción con los objetos
existen otras vías de aprendizaje, tales como la observación y la imitación.
También algo se aprende,
aunque no de la mejor forma a partir del premio y del castigo; además, existe
en el ser humano una gran capacidad para aprovechar lo que otro hace, de
identificación con la forma de pensar y actuar de otro y un ejemplo de ello es el aprendizaje a través de modelos presentes en los medios de
comunicación, pero sobre todo de los que el maestro sea portador; es parte del
proceso de interiorización de lo cultural.
Todo ello muestra no sólo la complejidad de las
vías del aprendizaje humano, sino también la importancia que el medio humano y
social tiene en la determinación del desarrollo. (Castañeda, 2005)
Es entonces una evidencia
para el estudiante, así como para todos los que se interesan por una
explicación de cómo se produce el desarrollo humano, que la educación juega
un papel decisivo para comprender cómo se articulan en una unidad la cultura y el desarrollo humano.
La cultura es fuente del
desarrollo, la educación tal y como aquí se entiende, es un fenómeno de naturaleza esencialmente social y, por
tanto, de extraordinaria complejidad, por lo que es imprescindible un enfoque
interdisciplinario, en el que la Psicología desempeña un papel central, puesto
que ha de explicar sobre cuáles condiciones a los seres humanos y
específicamente al escolar, se le pueden dar instrumentos, ya sean tanto
externos como internos, para que pueda establecer relaciones constructivas y
satisfactorias consigo mismo, con los demás, con su entorno, de modo que le sea
posible su propio desarrollo, así como una actividad fecunda en la transformación
de la realidad. (Ceballos y col, 2002).
El juego es una actividad
importante en todas las etapas de desarrollo psíquico del hombre, lo interesante es que cambia su
concepción en la medida que el hombre evoluciona, en la etapa
preescolar el juego es de imitación aquí se juega al pelotero pues se imita al
mismo , no es hasta la etapa escolar que con la comprensión de las reglas del
juego tiene otra connotación, pues ya aquí el niño está en otra etapa de
desarrollo psíquico., por lo que el deporte contribuye con la disciplina la voluntad,
el cumplimiento de acciones no solo repetitivas por lo
que el desarrollo de los niveles cognitivos también avanzan con la práctica del
deporte como juego, ya que el niño aprende a compartir sus ideas y cumplir con
lo establecido por su entrenador
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