Las lagartijas son un clásico. Todos las conocemos ya incluso desde la escuela. Son más populares incluso que el press de banca porque no sólo ejercita los pectorales, sino también los abdominales, la espalda y los glúteos. Si tomamos además en cuenta que con pequeñas variacionespodemos obtener mejores resultados, resulta siendo un ejercicio perfecto. He aquí otra versión más, que con sólo la añadidura de algunas pausas, nos ayudarán a desarrollar más los pectorales.
Primero, un punto importantes a tener en cuenta: es tu pecho, no tu cadera, el que llevará el movimiento. Y no olvides mantener tu cuello alineado con tu columna.
Dependiendo de qué parte de tu cuerpo sea más débil, las lagartijas pueden ser más difíciles mientras estás con los brazos extendidos, mientras estás con los brazos semiflexionados o cuando tu pecho está casi en el suelo. Entonces, si haces una breve pausa en cada punto, se incrementará tu fuerza en las articulaciones y el tiempo que tus músculos están bajo tensión, estimulando su crecimiento.
CÓMO HACERLO
1. Asume la posición de una largartija común y corriente.
2. Flexiona los brazos para bajar y haz una pausa a medio camino.
3. Continúa hasta que tu pecho casi toque el piso y haz otra pausa por dos segundos. Mientras subes, haz otra pausa de dos segundos a medio camino. Finalmente, cuando endereces los brazos, mantenlos en esa posición por dos segundos. Eso es una repetición.
Haz dos o tres series de tantas repeticiones como puedas hacer, tres veces a la semana.
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