martes, 6 de marzo de 2012

el enfoque en el beisbol

Este es un concepto que se aplica en toda actividad física. Y un atleta en desarrollo debe conocerlo en una forma muy especial. el enfoque en el beisbol El proceso de aprendizaje de una técnica comienza con la participación mental del entendimiento teórico de sus movimientos. Luego le sigue la práctica del movimiento que debe ejecutarse en forma muy lenta para ir almacenando la información en el cerebro. Con él comienza a activarse la parte sensorial y memoria de músculo actuando así el dúo neuromuscular. Pero en medio de ambas actividades física y mental se encuentra un elemento supervisor vigilante de que todos los grupos musculares directos e indirectos ejecuten el movimiento fielmente conforme al entendimiento teórico. Ese es el “enfoque”. Ese enfoque que actuará como una especie de pensamiento debe ser utilizado como guía en todo el proceso de repeticiones hasta que se aprendan y automaticen los movimientos con su secuencia, ritmo, balance, coordinación, velocidad y fuerza específica. Cuando los movimientos estén automatizándose en forma uniforme sin equivocaciones, el pensamiento va desapareciendo y los grupos musculares van quedando independizados. Pero al entrar en el campo de la rapidez, comienza a funcionar el instinto que es un elemento sustituto de la parte mental y mucho más rápido que el pensamiento. Aún así el enfoque nunca desaparece ya que éste se transforma en el enfoque instintivo que reacciona y opera con toda la información y experiencias que se han almacenado en memoria durante todo el proceso de aprendizaje. Como se puede notar, esta parte del enfoque cubre la conexión del entendimiento y la parte muscular con todos sus elementos de ritmo, secuencia, coordinación, velocidad, fuerza e instinto. Pero el enfoque alcanza otros aspectos sutiles. Cuando los movimientos requieren cálculo, como el caso de un picheo, un roling o un fly en el béisbol o con un balón en el fútbol, un saque en el tenis, etc. La vista se combina con el enfoque mental y van supervisando doblemente a todo el sistema de movimientos para que la técnica resulte correctamente seleccionada dentro de la base de datos memorizados a través de los entrenamientos y sea también correctamente aplicada aún ante las eventualidades y brusquedades que ocurran en el móvil objeto de cálculo. Cualquiera sea el enfoque, el atleta debe promoverlo con diligencia e inspiración en lo que está haciendo en cada momento de acción y no dejar a la deriva y libre discreción la acción corporal. Es de allí, de donde viene la torpeza.

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