La Competencia - El deporte como experiencia encierra diversas perspectivas que son agentes catalizadores que actúan en combinación para que exista un balance real que se intercale dentro de cada gusto independiente.
Si tocamos la fibra íntima de la derrota observaremos el poder descomunal que tiene esta alternativa dentro del deporte.
En términos generales, la forma en que un deportista maneja la derrota llegara a influir en su desempeño, más que la técnica y la experiencia que pueda tener el deporte.
Hay competidores que incluso evitan felicitar al ganador, insultan al oponente, o simplemente escapan o se van. Estos "monstruos" son creados por varias razones:
(1) La obsesión-algunos deportistas están tan obsesionados con el resultado final, que magnifican el costo de una posible derrota.
Este pensamiento no solamente los distrae de conseguir un enfoque adecuado o una buena concentración, sino que crea un miedo y una presión que resultan catastrófica.
Una vez terminada la competencia, es imposible tener un gesto de amabilidad o cortesía debido a que el perdedor aún esta obsesionado por el resultado, el cual se define generalmente como un fracaso personal.
(2) Perfeccionismo- El Perfeccionismo puede parecer noble a primera vista, pero es tenebroso cuando se examina de cerca.
Este tipo de pensamiento puede incluso crear la base para una conducta negativa hacia el oponente después de la derrota.
Los perfeccionistas usualmente desarrollan su personalidad tratando de complacer a otros o viviendo bajo estándares altos imposibles.
Por esto después de una derrota, es fácil esperar una actitud amarga o negativa debido a que toman las derrotas como un fracaso personal, en vez de verlo como un logro del oponente.
El problema es que al actuar groseramente estos deportistas motivan más a sus oponentes para el siguiente encuentro. Además, pierden el apoyo de otros deportistas que condenan este tipo de actitud.
(3) Inmadurez- Otra razón por lo que algunos deportistas fallan en perder con elegancia es ocasionada por tener expectativas falsas basadas en inmadurez.
Estos competidores piensan en forma irreal, que tienen el control completo de la competencia. Su egocentrismo los priva de apreciar al oponente cuando pierden, y frecuentemente pierden debido a un exceso de confianza.
En los deportes individuales la confianza en uno mismo es crítica para obtener el éxito.
Sin embargo, en su peor forma puede contribuir a irrespetar o agredir a otros.
Es cierto que algunos competidores actúan poco deportivamente después de una derrota, pero al fin y al cabo a muchos no les importa.
Por que no le preguntas como te sentiste después de ganarle a un mal perdedor, debes haberte sentido bien sabiendo que sacaste de sus casillas al oponente.
En definitiva, ya sea que practiques un deporte por placer, por mantener las condiciones o competitivamente, es bueno que tengas siempre respeto por tu oponente.
Esta es una cualidad que debe ser mejorada permanentemente.
Todos, mis amigos pueden aprender una lección o varias de competidores en distintos deportes que muestran caballerosidad, don de gente y respeto por su contrincante a lo largo de toda su carrera. En todo momento el ganar con gallardía y perder con elegancia le dará al deportista la posibilidad de ser respetado como caballero, y sobre todo, nos dará la oportunidad de tratar a nuestros adversarios como seres humanos y no como maquinas capaces de fabricar victorias o ocasionar derrotas.
EDWIN KAKO VAZQUEZ ESCRITOR E HISTORIADOR DEPORTIVO |
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