martes, 6 de marzo de 2012

Análisis histórico y lógico del proceso de enseñanza-aprendizaje del béisbol para el área de la receptoría en las categorías infantiles

Análisis histórico y lógico del proceso de enseñanza-aprendizaje del béisbol para el área de la receptoría en las categorías infantiles El béisbol o juego de pelota es relativamente moderno y data como tal de la primera mitad del siglo XIX. Como tendencia los historiadores toman como punto de referencia exacto de sus orígenes la apacible localidad de Coopertomn del estado de New York, y aunque algunos de ellos reconocen el primer encuentro beisbolero el efectuado en la Universidad de Harvard en 1829, preferimos compartir la paternidad y conceder el derecho de la premisa al realizado el 19 de junio de 1846 en la populosa ciudad neoyorkina entre los equipos Knickerbockers y New York Nine, este último derrotado con marcador de 23 anotaciones a 1 pues aunque el reglamento estipulaba 21 anotaciones, la cifra podía superarse hasta contemplar la entrada. A partir de 1846 se incrementaron vertiginosamente los Clubes deportivos en Harlem, Bronx, Brooklin: en 1857 fue abolida la regla de las 21 anotaciones, se implantaron las 9 entradas y con un total de 15 novenas se constituyó la asociación Nacional de jugadores de Pelota en la nación estadounidense, que en esa primera etapa solo abarcaba la categoría amateur. Practicándolo cada vez en mayor escala, y en idéntica proporción comenzó a debilitarse el carácter aficionado por el aumento de las apuestas y las lucrativas ofertas que alentaban abiertamente los individuos interesados en comercializar el naciente juego. A las tentativas del equipo Filadelfia de asalariar a un reducido grupo de jugadores, siguió la organización completamente profesional del Club Cincinati (1869). El inicio de este ciclo comercial condicionó en breve tiempo la desaparición del amateurismo y el desarrollo de las ligas rentadas hasta llegar a los denominados circuitos mayores. Sin entrar en datos precisos los más antiguos historiadores deportivos cubanos sitúan la llegada del béisbol a la isla entre 1865 y 1866, y atribuyen a Nemesio Guillot un coterráneo que estudiaba por aquella época en Estados Unidos. En viejas publicaciones de principios de siglo se afirma que fueron los trabajadores portuarios de la ciudad de Matanzas los pioneros en esta práctica del singular pasatiempo surgido en Norteamérica. El primer desafío entre los equipos matanceros y tripulantes de un carguero anclado en la bahía de esta Ciudad se desarrolló en una parte de los terrenos de la extensa llanura conocida desde 1840 como Palmar del Junco, ubicada en la amplia zona del barrio de Pueblo Nuevo de San Juan, así nombrado entonces, e inscrita en el registro de Propiedad con la denominación de Estancia Blanca. Durante el citado periodo, se había producido un notable incremento de las relaciones comerciales cubano-norteamericanas, quienes a expensas de las autoridades solicitadas en 1795 por el procurador José Tomas González para permitir la entrada en el puerto de Matanzas de cualquier tipo de barco procedente de la costa atlántica. Todo lo anterior fluyó con tanta pasión que el juego de béisbol se fue incrementando cada día más hasta llegar a jugar como se conoce el primer partido oficial en Cuba exactamente el 27 de diciembre de 1874 en los terrenos del Palmar del Junco entre los equipos Habana Baseball Club y Matanzas Baseball Club el cual favoreció al primero 51 por 9 Esteban Bellán conectó 3 cuadrangulares por los ganadores. El béisbol goza de gran popularidad por su dinamismo y posibilidades de debate. En Cuba, hombres, mujeres y niños disfrutan el pasatiempo con verdadero placer y es muy difícil encontrar a un coterráneo que no haya jugado en su infancia. Su tradición histórica y los magníficos resultados a los distintos niveles de competencia han hecho de nuestro país una de la mayores potencias del mundo beisbolero contemporáneo. Los elementos históricos anteriores son importantes, sin embargo, dada la restricción objeto-campo que se manifiesta en esta investigación es necesario realizar un estudio histórico y lógico del proceso de enseñanza-aprendizaje del béisbol para el área de la receptoría, el cual se presenta a continuación. A partir de una indagación del investigador, en diferentes bibliografías y la consulta a especialistas del béisbol y entrenadores de este deporte, en la tesis se determinó la necesidad de incluir en el estudio histórico y lógico el surgimiento del proceso de enseñanza-aprendizaje en la categoría once- doce como antecedente de la categoría nueve- diez y es por ello que el estudio histórico y lógico se inicia a partir de 1979. Con la creación del INDER en 1961 y posteriormente de las Escuelas de Formación de instructores y profesores de Educación Física se revoluciona e institucionaliza el deporte cubano, el que ha evolucionado sobre una base científica. Se organiza la estructura rectora del deporte escolar y comienzan las orientaciones técnicas y metodológicas a través de documentos que incluían programas de enseñanza dirigidos a las áreas deportivas y la Escuela de Iniciación Deportiva Escolar (EIDE) y no es hasta la nueva División Política Administrativa cuando se crean los Planes y Programas (1979 – 1981) dirigidos a estas instituciones. Para establecer la periodización se tienen en cuenta los siguientes criterios: Objetivos que se persiguen. Elementos técnicos a trabajar. Orientaciones metodológicas. Ejercicios que se utilizan. El comportamiento de los indicadores permitió establecer dos etapas en el estudio histórico -lógico: primera etapa: desde 1979-2000, en la misma se hace alusión a la categoría once-doce por ser esta en la que se inicia el proceso de enseñanza-aprendizaje del béisbol en Cuba desde un programa, y la segunda etapa: desde 2000 hasta la actualidad, donde se introduce en Cuba el béisbol institucionalizado para la categoría nueve y diez años. Primera etapa: 1979-2000 A partir de 1979 se inicia en Cuba la práctica del béisbol institucionalizado, regido por un programa, en categorías infantiles, que regía el trabajo hasta las categorías juveniles, pero que no diferenciaba la forma de trabajar los elementos técnicos en las distintas categorías y menos aún cómo atender las diferencias individuales en cada categoría. Entrevistas efectuadas a entrenadores de las categorías infantiles en este periodo, afirman que se procedía de igual forma con todos los niños e incluso utilizaban métodos y procedimientos del entrenamiento en categorías superiores. El documento oficial aprobado por el instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación fue titulado: Planes y programas para las áreas deportivas masivas, áreas deportivas especiales y escuelas de iniciación deportiva escolar EIDE. La esencia de este programa se sustenta en el principio revolucionario del deporte como un derecho de todos, aspecto que se puede dilucidar de los objetivos que se perseguían en el mismo y que a continuación se relacionan: Formación, desarrollo y perfeccionamiento de las cualidades y normas de conductas, moral, ideológica de carácter político que propendan al desarrollo de la personalidad de los atletas. Contribuir a la formación y desarrollo de una gran capacidad de rendimiento general y multilateral, al fortalecimiento de la salud y formas de vida deportivas, así como, a la mejor utilización del tiempo libre tomando parte en competencias deportivas. Desarrollar y perfeccionar las cualidades especiales, tanto atléticas como psicológicas, necesarias para la práctica del béisbol. Propiciar el aprendizaje, el desarrollo y el perfeccionamiento de los hábitos motores y de los elementos técnicos tácticos específicos del deporte. Propiciar los conocimientos teóricos necesarios sobre las reglas oficiales del juego, sobre entrenamiento, tácticas individuales y de conjunto. Contribuir mediante el juego de aplicación y el trabajo de conjunto al desarrollo y perfeccionamiento del colectivo, la iniciativa, el espíritu de combatividad y otros. Como se puede apreciar los objetivos trazados tienen como positivo el carácter integral que se le dio a la formación de los deportistas, pero carecían de especificidades para cada área del béisbol y para cada categoría. Los elementos anteriores condujeron a que la práctica del deporte, según criterios de entrenadores entrevistados, adoleciera de diferenciación en la forma de trabajar los elementos técnicos, aún cuando existía la especialización para cada una de las áreas del béisbol. Asumir que el objetivo es la categoría rectora dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje y determinar que los mismos en esta etapa fueron muy generales, posibilita dilucidar que los contenidos a trabajar, los métodos, procedimientos y actividades a desarrollar también quedaban en el plano general, sin concretarse a las necesidades de los niños en cada una de las categorías establecidas. Las orientaciones metodológicas precisaban que el objetivo fundamental de la etapa de ejercitación consistía en el aprendizaje correcto de los fundamentos generales más importantes del béisbol. Muy especialmente lo relacionado con el manejo de la bola: tirar, recibir, el agarre de la pelota, el tiro por encima del brazo, el fildeo de rollings, fly y la precisión en los tiros a las bases, la forma de pisar y colocarse en la almohadilla para tocar al corredor; la coordinación de movimientos en el bateo, el toque de bola, la rapidez en el corrido de las bases y el desplazamiento. Los elementos anteriores se consideran básicos en el béisbol, pero se particulariza la forma de trabajarlos para cada posición como es el caso de la receptoría y al no estar identificados para dicha área, estos quedaban al margen de la experiencia y consideración de los entrenadores. Para el aprendizaje de estos elementos como fundamentos generales, se utilizan ejercicios fáciles en condiciones sencillas, para concentrar así al máximo de atención tanto del jugador como del profesor, el cual puede aclarar y detallar con una demostración aquellos aspectos más importantes de la acción que se pretende realizar. Los resultados de la entrevista realizada a entrenadores arrojan que los ejercicios utilizados para las categorías infantiles eran los mismos que se aplicaban en categorías superiores. Se recomienda intercalar un juego de aplicación cada dos clases prácticas en las cuales los jugadores participantes deben ocupar alternativamente varias posiciones a los efectos de conocer sus posibilidades en el desempeño en cada una de ellas. Las capacidades como: fuerza, rapidez, resistencia, flexibilidad, reacción se desarrollan de forma general y multilateral, ocupan el primer plano de atención en este período inicial. Especialmente para la práctica del béisbol, se recomiendan los ejercicios de flexibilidad y estiramiento los cuales contribuyen a evitar lesiones en los atletas participantes y proporcionan el desarrollo de las cualidades motrices especificas más importantes para el juego de béisbol. La posición del receptor por ser una de más difíciles y necesarias para la celebración de los juegos, recibe una atención especial en este período en el cual los niños aprenden las posiciones fundamentales y la mecánica de los movimientos para lanzar recibir y tirar a las bases. De forma general esta etapa se caracteriza por: El carácter general de los objetivos del proceso de enseñanza-aprendizaje del béisbol. La carencia de los elementos tácticos a desarrollar en los niños para las distintas áreas del béisbol como es el caso de la receptoría. La existencia de orientaciones metodológicas carentes de precisiones en relación a las diferentes áreas del béisbol, por tanto el trabajo realizado al respecto quedaba a criterios de los entrenadores. La desarticulación entre el grado de dificultad de los ejercicios, precisado en las orientaciones metodológicas, el nivel de desarrollo de los niños y los ejercicios utilizados por los entrenadores. Segunda etapa: del 2001 a la actualidad Como fruto del continuo desarrollo científico-técnico del deporte en Cuba, el proceso de enseñanza-aprendizaje del béisbol se perfecciona y alcanza niveles superiores de calidad en la forma de trabajar, es por ello que a partir del año 2001 se introduce un nuevo programa para las categorías infantiles. Desde este año se inicia en Cuba la enseñanza del béisbol en la categoría nueve- diez años. El programa establecido en esta etapa titulado “Programa de Preparación del Deportista” tiene como objetivos generales: Crear hábitos de conducta morales positiva y un espíritu de colectivismo en los niños y adolescentes, basados en los principios de la moral socialista que fortalecen la formación de valores patrióticos y políticos. Garantizar el desarrollo de capacidades físicas (condicionales y coordinativas) y habilidades deportivas de los niños y adolescentes, a través de la formación multilateral. Iniciar el aprendizaje de los elementos técnicos, básicos del béisbol programado para cada categoría. Al igual que en los programas anteriores, en este se busca la masividad en la práctica del deporte, así como la formación integral de los niños pero incluye nuevos elementos como las capacidades coordinativas y las habilidades deportivas a desarrollar en el proceso de enseñanza-aprendizaje, identificados como elementos técnicos. Otro elemento distintivo en esta etapa y cualitativamente superior a la anterior es el caso de que se concretan objetivos específicos para cada rango de edad como es el caso de la categoría nueve - diez años, estos son: Orientar a los educandos en los principios revolucionarios, así como en el desarrollo de cualidades políticas, el colectivismo, la camaradería y la honestidad. Continuar el trabajo de preparación física buscando desarrollar las capacidades condicionales y coordinativas. Continuar el aprendizaje de los elementos técnicos orientados para este nivel así como el estudio de las reglas oficiales que se deben dominar en esta categoría. Aunque existe la visión de que cada categoría debe tener objetivos particulares, la derivación de los mismos queda en un plano general al no precisarse los de cada área de juego. Las orientaciones metodológicas precisan que durante todo el curso se trabaja en la enseñanza de la interpretación de las reglas oficiales de béisbol tal y como viene orientado. En algunos casos son específicas y en otro solo se orienta el número de reglas. El trabajo con las reglas posibilita que los niños se familiaricen con los elementos que luego utilizará durante el desarrollo del juego y por tanto, contribuye a desarrollar en él, el pensamiento técnico táctico. Como elemento didáctico el profesor debe incluir en sus clases diarias elementos del ABC de la carrera, tanto para la enseñanza como para el corrido de las bases, además del elemento correspondiente para la unidad diaria, que mejora la coordinación de las extremidades y ayuda a desarrollar la técnica de la carrera. Un elemento distintivo de esta etapa está dado en el juego diario para proporcionar el desarrollo del niño, que unido a los aspectos anteriores conduce a una adecuada unidad dialéctica entre teoría y práctica. Es de destacar que dentro de las prescripciones metodológicas se precisa que el proceso de enseñanza-aprendizaje debe planificarse “dentro de las posibilidades reales del área y la creatividad del técnico” (Colectivo de autores: 2009, p 105). Lo anterior es positivo pero desatiende el caso de los niños que tienen necesidades de aprendizaje y potencialidades que constituyen elementos necesarios a la hora de planificar el proceso de enseñanza-aprendizaje, desde el objetivo, el contenido y el tipo de ejercicio a trabajar y más cuando el programa refiere que estos deben rotar por las posiciones que se han impartido en la unidad. En las orientaciones metodológicas se precisa el seguimiento al diagnóstico de los niños en tanto alude la necesidad de registrar la asimilación de los elementos trabajados, así como el desarrollo físico de los niños, aspectos que se tienen en cuenta para la atención diferenciada en las clases. En el caso particular del receptor los elementos técnicos que se trabajan son: Posición detrás del home. Colocación detrás del bateador. Trabajar la técnica de la carrera. Mecánica para recibir los lanzamientos: afuera, adentro y alto. Mecánica para tirar a las bases. Tiro a segunda base para iniciar los innings. Trabajar la carrera home primera. Mecánica para fildeo en los toques de bola y fildeo de foul fly. Como se puede apreciar estos elementos son abarcadores y necesarios para el desarrollo del niño en esta área, pero dejan fuera al de recibir lanzamientos que pican delante del home, que es común y reiterativo en el juego para la categoría de nueve - diez años. Los ejercicios utilizados para trabajar los elementos anteriores son los comunes de las categorías superiores, ello descontextualiza el proceso de enseñanza-aprendizaje pues desatina con el desarrollo físico y deportivo de los niños en la categoría nueve- diez años, que requieren de un tratamiento diferenciado con respecto a otras categorías e incluso entre niños de las mismas edades. De forma general la etapa se caracteriza por: La particularización de los objetivos en relación a cada categoría, pero falta precisión en los mismos en qué debe lograr el niño dentro de cada área del béisbol. Se precisan los elementos técnicos a trabajar en cada área del deporte como es el caso de la receptoría. Las orientaciones metodológicas precisan la rotación de los niños por las diferentes áreas del béisbol y puntualizan en trabajo en unidad dialéctica entre teoría y práctica, sobre la base de las condiciones contextuales y la experiencia del profesor, pero no tienen en cuenta las particularidades de los niños. Los ejercicios utilizados en el proceso de enseñanza-aprendizaje carecen del carácter diferenciado, en tanto son los mismos que los de otras categorías. De forma general el estudio histórico y lógico revela las siguientes tendencias: El tránsito de objetivos generales en el proceso de enseñanza-aprendizaje del béisbol a la derivación gradual de objetivos por categorías, sin llegar a concretarse por áreas de juego. Precisión en los elementos técnicos a trabajar, que apuntan hacia el trabajo integral con los receptores desde edades tempranas. Las orientaciones metodológicas evolucionan desde una concepción que desatiende las diferencias individuales a otra que tiene en cuenta las particularidades de los niños y apunta hacia el trabajo de los elementos técnicos integrado a las reglas y al juego diario. Utilización del mismo tipo de ejercicio para cada una de las categorías del béisbol sin tener en cuenta el desarrollo alcanzado por el niño.

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